domingo, 7 de septiembre de 2008

ALEJANDRO PÉREZ Y EL TRATADO

Debería ser fácil presentar a alguien cercano, con quien se comparten inquietudes y proyectos. Pero no. No es así cuando se trata de Santiago Solano Grande. Confieso que he preparado varios guiones para este acto y me ha costado mucho encontrar palabras coherentes que definan tanto sus cualidades personales, como los atributos que le capacitan, con nota sobresaliente, en el difícil arte de escribir.
Como persona, Santiago Solano no deja de enmendar la plana con tal de que un semejante encuentre el triunfo y la satisfacción con un texto lucido, con la trama y el punto final en su sitio. Siempre tiene a mano un consejo, un comentario, en beneficio de quien, bogando por mares de letras sin lustre, ha de cambiar la singladura.
Pero no he venido aquí para hablar de Santiago Solano como persona, y no lo voy a hacer. Ya he dicho de él bastante. De seguir, acabaría en un jardín cuajado de una calidad que nunca describiría en su justa medida. Hoy tengo que presentarles a Santiago Solano ESCRITOR, un personaje grande de la literatura actual, que, algún día no muy lejano, recibirá el reconocimiento que merece.
El mérito de Santiago Solano se sustenta sobre tres pilares cimentados en su vida y en su obra; tres pilares que le distinguen en la actualidad, tres pilares que le abrigarán en la historia futura de las letras, tres pilares escritos con mayúsculas:
· FORMACIÓN PERSONAL,
· POSICIONAMIENTO Y COMPROMISO EN LA LITERATURA ACTUAL y
· DEDICACIÓN INCANSABLE EN ARAS A UNA OBRA DE PREMIO.
Su formación está avalada por los estudios académicos que ha cursado: Filosofía y Letras en la Universidad de Oviedo y Profesor de EGB en la Universidad de la Laguna, en Santa Cruz de Tenerife; además, basta leer sus libros, es un gran pensador, filólogo y excelente creador.
Como autor comprometido con la Literatura, es un ferviente divulgador cultural, empeñado en colocar al texto escrito —más allá del producto encuadernado— al otro lado de los nuevos mundos, que esperan ser explorados con las modernas tecnologías cibernéticas y de la comunicación. Gracias a ello, hoy somos todos menos forasteros, menos extraños, porque en esa revolución cultural-social conviven hermanados los entes del planeta. “Siempre en y para la RED”. Su proyecto personal está alojado en www.literonauta.com donde podemos leer casi todo lo que ha escrito. Ha sido director de la página Web de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles; actualmente gestiona la Web de la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid, la Web de la Sala Trovador, unida a la Asociación Prometeo de Poesía, y es Director General y Administrador Web de “ESCRITORES EN RED, ASOCIACIÓN MARQUÉS DE BRADOMIN”, www.erabrdomin.org. Éste es su último proyecto, quizá el más ambicioso, creado para acoger a escritores, consagrados y noveles, con el fin de promocionar trabajos y autorías que, de otra manera, morirían antes de nacer, en la oscuridad del anonimato.
Gracias a su dedicación incansable Santiago Solano hoy atesora una obra de premio. Sus libros, pensados y escritos para la Red, son libros con cuerpo y alma, libros con espíritu virtual pero también con un físico que se deja tocar y querer, que nos compensan con las caricias de la sustancia. Los libros de Santiago Solano son un regalo de su generosidad: están en la página de “Literonauta” para que gratuitamente podamos disfrutarlos. Pero no por ello podemos decir que sean inalcanzables para los lectores convencionales, ya que bajan de su mundo etéreo, en forma de tinta y papel, para que sean también propiedad de los que gustan de pensar en el metro, en el tren, en el bus... Hoy baja del limbo y se suma a la vida pública, a los escaparates de las librerías y a los catálogos de las bibliotecas, su última creación: TRATADO DE LA BELLEZA MORIBUNDA.
La obra completa de Santiago Solano es una arquitectura sólida, estructurada en varios géneros:
En Novela ha publicado DESTINO FINAL (1995) y LIENZOS DEL PASADO (2001)
En Poesía: MULETA Y VIENTO (1996), OLÍA A TRAICIÓN Y SOLEDAD (1998) y LA SOMBRA DE LA CASA (2002)
Y en Relatos nos ha deleitado con FLOR DE ACEBOS Y OTROS CUENTOS (2004)
Todo ello en Internet, primero, y en papel, después.
El libro que él nos va a presentar hoy: TRATADO DE LA BELLEZA MORIBUNDA, es un compendio de narraciones breves, reflexiones profundas diría yo, llenas de sentimiento y abstractos concretos, de concreciones surrealistas y metáforas donde maridan significados y significantes para abrir las puertas del pensamiento a lectores curtidos, a lectores que no se conforman con lo que el escritor dibuja en sus páginas. Ellos serán quienes clasifiquen como cosa propia esta BELLEZA: en los anaqueles de prosa poética o en los de poesía narrativa.
Así de dual, pero así de única es toda la obra de Santiago Solano, sobre todo sugerente y capaz de no dejar en la indiferencia a cuantos quieran aprender leyendo, a cuantos se atrevan a buscar historias, situaciones y comportamientos más allá de lo escrito. Les aseguro que es una obra única, tanto en contenidos como en continentes, magistrales, tejidos con palabras modeladas con el buril de la idea, y remarcados con la forja artesana del concepto bien dicho.
Gracias a todos. Y ya, sin más preámbulos, cedo la palabra a mi presentado, Don Santiago Solano Grande, que nos hablará con todo lujo de detalles —¡seguro!— de su último y celebrado éxito: TRATADO DE LA BELLEZA MORIBUNDA.

ROSA JIMENA Y EL TRATADO

Buenas tardes a todos:
Antes de nada, si me lo permiten, me gustaria leerles algo:
“Desde que tuve conciencia de mi identidad......”
Lo firma un tal Martín Silenus, viejo poeta que vivía en la ciudad de los poetas de Hyperion....
Aunque si he de serles sincera, yo creo que esa firma tiene trampa....
Verán Vds., cuando Santiago Solano me pidió que le presentara hoy y aquí, e incluso añadió... “y que seas tú”... me sobrevinieron todo tipo de sentimientos, porque entre otras cosas les confieso que es la primera vez que lo hago….
El primero fue un miedo atroz y las ganas de decirle a Santiago que se equivocaba de persona y que a buen seguro le iba a dejar muy mal, (éste lo superé con esa sonrisa tan suya, que aparenta ironía y sin embargo tiene mucho que ver con la bondad).
Después comencé a dar vitaminas a mi ego, hasta el punto de sentirme bien, al pensar que podía hacerlo.
Pero les aseguro que no lo he dejado crecer tanto, como para intentar siquiera
hacer una crítica literaria a Santiago.
En primer lugar, porque mi osadía no llega a tanto
y después porque, tras leer su libro –que, por cierto, ahora sé que ha sido su mejor regalo-, no es ese el camino que deseo seguir en esta presentación.
Santiago lejos de la eterna polémica en torno a la frontera entre poesia y prosa -asegurada siempre que él esté en medio- (y además… le gusta provocarla). por encima de todo es.... un HACEDOR DE PALABRAS.
Le gusta jugar con sus lectores. Nos pone a prueba y hace que ejercitemos la memoria y hasta el google para encontrar el “omega de las cosas”,como él de alguna forma define la conjugación del amor y la palabra.
Es un erudito e instructor desinteresado que goza con ese juego de la mente o el intelecto de “su gente”.
Un sádico encantador que “te lleva entre renglones a su antojo”:
Juega incluso con el tipo de letra, dejando al aire una negación nostálgica hacia la vida...
Juego también con los números, hasta el punto haber conseguido que me pasara casi media hora –calculadora en mano- en hacer todas las operaciones que me venían a la cabeza, para intentar descifrar el significado de los títulos de los cuatro poemas que componen el segundo canto de EL CORONEL CASSAD.
Mi semi-desequilibrio llegó a tal, que llegué incluso a encontrar un perfecto ciclo anual en el que titula “54 + 19 x 5” (ya les adelanto que dá 365, por si se les ocurre hacerlo) y una vez me dí por vencida, fué cuando pude entender que los números eran la cantidad exacta de palabras que contenían cada estrofa…. la métrica en este caso no estaba en las sílabas....
Pero ahí no terminó todo, porque en el canto tercero, tras leer la cita de otro tal Orphu de Mahmnut, que dice algo así como: “Alguien o algo está jugueteando con mundos, quizás con universos enteros… Es como si nuevos mundos intentaran cobrar existencia… “, llegué a pensar -y por favor, no se me rían ¿vale?- que tal vez me había elegido a mí para presentarle, porque debía haber alguna conexión de él conmigo en otra vida. en serio!!!!
Sin comentarios…
En fín,
Podría seguir con ese “Cumpleaños” que aparece en su cuarto libro, con octosílabos rimados que camufla entre aparentes relatos breves.
O de la Vara Espantaperros que, dos poemas después, en EL LEON AFRICANO DE BURUJON, descubres con emoción que aún no había terminado y es entonces cuando entiendes gran parte de lo que habías leído antes.. eso sí,volviendo atrás de nuevo, es decir, consigue incluso marcar el ritmo de la lectura y si se te había pasado por la imaginación acelerar, porque te esperan para ir al cine, olvídate de ello….
“Se ordenaban las palabras, que se sacaban cuando había que hablar en nombre de EL ALCAUDON”, escribe el autor en EL OMEGA DE LAS COSAS…
De alguna forma se sitúa tras su libro, examinando al lector, como ese Alcaudón “Dios de la Observación” pero con una pequeña diferencia sobre él:
en SANTIAGO… siempre impera el bien sobre el mal.
Podría seguir hablando largo rato de todo aquello que me ha hecho disfrutar como una niña con un mecano; al leer el libro de Santiago; pero no quiero destripárlo más y así dejar a su lectura ingenua la sorpresa de cada página, para que gocen igual que yo con esta especie de mago, que no para de sacar “conejos de su chistera”.
Solo unas sugerencias más:
No se pierdan LA DAMA BLANCA….aquella que hace que la luz alumbre, el corazón lata, la hierba crezca….SU MAS FIEL ADMIRADORA… SU DAMA
y tampoco se pierdan ese paseo por los recuerdos que le han dejado huella en su “Apendice Internáutico”, que se inicia con una deliciosa SOPA DE MENTIRA en honor de su prima Reme y termina con el último juego de Santiago: Esos tres últimos “relatos, con versos”
Y Ahora… creo que lo mejor será dejarles que disfruten del verdadero motivo de esta cita, que es escuchar a nuestro querido amigo Santiago “Silenus”…. ¡Uy perdón!... quise decir “Solano”